jueves, 21 de febrero de 2013

Asun la masajista

Cuando voy a ver a Asun, es para que me solucione la contractura de la espalda, los hombros agarrotados, en fin porque necesito que con sus masajes me ponga a punto. Y es una gozada, es un momento para mí. Ella siempre me recibe con su sonrisa en la cara, siempre alegre y me pregunta por mi vida, yo por la suya, en fin que en ese rato intentamos solucionar el mundo.

Cuando se enteró de que hacía los broches de caritas, le gustó la idea, le enseñé lo que había hecho y rapidamente me pidió que le hiciera una. Así que me puse manos a la obra: su melena castaña, sus ojos vivarachos, un poco de colorete para sus mejillas, un fular al cuello y un tocado en la cabeza, porque no todos los días está con el uniforme de trabajo, y una también tiene sus momentos de coquetería...


Asun

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