Cuando se enteró de que hacía los broches de caritas, le gustó la idea, le enseñé lo que había hecho y rapidamente me pidió que le hiciera una. Así que me puse manos a la obra: su melena castaña, sus ojos vivarachos, un poco de colorete para sus mejillas, un fular al cuello y un tocado en la cabeza, porque no todos los días está con el uniforme de trabajo, y una también tiene sus momentos de coquetería...
Asun |